¿Estoy deprimido?

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La depresión es la causa más frecuente de buscar ayuda profesional entre todos los problemas de salud mental. hay estudios que apuntan a que uno de cada cuatro adultos sufre o ha sufrido de depresión. La depresión es un trastorno del estado de ánimo y se describe con términos como tristeza, desasosiego o malestar. es muy común experimentar problemas atencionales, pérdida de energía, pensamientos acelerados, preocupaciones intensas, trastornos del sueño, falta o aumento del apetito y otras manifestaciones físicas.

SINTOMAS DIAGNÓSTICOS

Decimos que una persona está deprimida si manifiesta al menos cinco de los siguientes síntomas:

Estado de ánimo deprimido, la mayor parte del día o casi todos los días
• – Un interés marcadamente reducido en todas o casi todas las actividades
• – Una importante ganancia o pérdida de peso, o trastornos del apetito
• – Insomnio o sueño excesivo
• – Agitación o retraso psicomotor (nerviosismo o inquietud)
• – Un bajo nivel de energía o cansancio crónico
• – Sentimientos de inadecuación, pérdida de la autoestima, y/o auto desprecio
• – Atención o concentración disminuidas, o incapacidad de pensar claramente
• – Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, expresión de un deseo de estar muerto

¿QUÉ CAUSA LA DEPRESIÓN?

Hay multitud de causas y cada caso es único, dado que es necesaria la combinación de factores personales, sociales y situacionales, pero de acuerdo a evidencia clínica hay dos causa desencadenantes primordialmente de un episodio depresivo:

1. Una pérdida importante y repentina, como la muerte de un ser querido, el empleo, la ruina económica, etc
2. Un periodo de estrés importante y prolongado, en el que se produce conflictos o dificultades a lo largo de un periodo de varios meses.

¿QUÉ LE PASA A MI CEREBRO QUÍMICAMENTE?

La depresión aparece cuando hay bajos niveles de serotonina en el cerebro. La serotonina es un neurotrasmisor de acción lenta que se relaciona con el sueño, con el apetito, el estado de alerta, la energía y cómo no, con el estado de ánimo. La serotonina de nuestro cerebro se consume en cantidades más elevadas cuando estamos bajo estrés. Si nuestro estrés es alto y prolongado consumiremos más serotonina de la que nuestro cerebro es capaz de producir. También hay personas que son más sensibles a estos procesos por causas genéticas, y personas que por temperamento o por causas fisológicas son más propensas al estrés. En estas personas este proceso puede ser más acelerado o sufrirse con mayor intensidad.
Los bajos niveles de serotonina hacen que durmamos menos y peor, que estemos más cansados, que sintamos menos energía para hacer cosas que nos gustan y que perdamos capacidad de concentración para las tareas habituales que antes hacíamos sin esfuerzo. También podemos tener el estado de ánimo alterado, rompiendo a llorar por cualquier cosa y en cualquier momento. Además nuestro pensamiento va a estar acelerado, lo cual va a hacer que estemos dando vueltas a ideas y pensamientos sin parar: La mayoría de pensamientos que nos vengan serán recuerdos desagradables, pensamientos de culpa y preocupación. Cualquier intento de alejar esos pensamientos de nuestra mente va a ser infructuoso lo que nos va a torturar todavía más.

¿TIENE TRATAMIENTO LA DEPRESIÓN?

Hay dos opciones para tratar la depresión: a nivel médico, con fármacos antidepresivos, y a nivel psicológico, con terapia principalmente terapia cognitivo conductual. Hay estudios que dicen que la terapia cognitivo conductual es tan efectiva como los fármacos y que presenta menor índice de recaída a su término que la terapia farmacológica. La razón es que cuando dejamos los antidepresivos, si no hemos adquirido unos hábitos «sanos» de pensamiento y de «cuidado mental» hay una alta probabilidad de que volvamos a caer en depresión.

El tratamiento de elección para las personas que presentan una sintomatología acusada es combinando fármacos antidepresivos y terapia congnitivo conductual, de manera que instauramos una «vacuna» para la depresión para no recaer en ella, o si lo hacemos, aprender a reconocer patrones y signos de alarma antes de que se instaure completamente.

Si tras leer este articulo piensas que puedes estar deprimido, busca la opinión de un profesional de la salud mental: un psicólogo clínico o sanitario o un psiquiatra. Son los únicos profesionales adecuados para guiarte en el mejor tratamiento para tu caso.